Figuras ilustres
San Pedro de Mezonzo, José Sánchez Anido, María Antonia Dans y José Martínez Pardo dan forma, junto a otros vecinos ilustres del municipio de Curtis, a esa historia y a este presente que merece ser recordado por su destacada contribución al mundo de la ciencia, de las artes, de las letras, la política y la religión. Justo es reconocer su contribución.
San Pedro de Mezonzo
Natural de Chacente (Santa Eulalia de Curtis), fue abad de diversos monasterios, Obispo de Iria Flavia-Compostela y autoridad muy cercana a los reyes en una época de grandes transformaciones. De la familia de los Placencios, se ordenó en el Monasterio de Mezonzo, en donde ya se ganó su fama de hombre sabio, y se trasladó después al de Sobrado, donde fue nombrado abad, cargo que también ejerció en la abadía compostelana de Antealtares. Vivió muy de cerca la etapa convulsa de la invasión de los Normandos, que fueron arrasando todo lo que encontraron a su paso y que, al llegar a Curtis, destruyeron, entre otras construcciones, la iglesia de Santa Eulalia. Mezonzo la restauró después, a la vez que centró sus esfuerzos en reorganizar las tierras, consolar a los desvalidos y socorrer a los heridos y dañados.
En 985 es elegido Obispo de Iria-Santiago, a la edad de 55 años, y como tal afronta la invasión de Almanzor, que llegó a Compostela mientras Pedro de Mezonzo se encargaba de la evacuación. El caudillo árabe dejó la ciudad en cenizas y se llevó las campanas de la catedral a Córdoba. Cuenta la historia que el Obispo consiguió que no profanasen las reliquias del Apóstol rezando ante el sepulcro con tal intensidad que fue respetado por el propio Almazor. Murió en 1003 cuando aún se encontraba en pleno proceso de reconstrucción de ciudades, villas y conventos.
De su herencia se puede destacar, además, la composición de la Salve Regina.
Su biografía se recoge en el libro ‘Santa Eulalia de Curtis, cuna de San Pedro de Mezonzo’, de Sergio Vázquez Rouco.
Antón de Pepiño
Nacido en Modillós (Teixeiro) en 1874, Francisco Antonio Sánchez García, más conocido por el seudónimo de Antón de Pepiño por la casa de sus padres, fue un prolífico poeta gallego que formó parte de un grupo de escritores que continuaron con la obra de los maestros del siglo XIX. Su obra literaria, editada en parte por el Concello, consta fundamentalmente de poesía, relatos breves y artículos que mezclan lo literario, la información y la crítica literaria y político-social.
Empezó su obra literaria en Buenos Aires, a donde su familia marchó emigrada, y ya en 1905 entró a formar parte de la Real Academia Galega. A su regreso a Galicia, vivió a caballo entre Teixeiro, en donde su hija Eladia abrió una farmacia, y Santiago. Fue en la capital gallega cuando en 1925 fue nombrado director de Diario de Galicia, cargo que ocupó hasta su fallecimiento en 1939, y donde entabla relaciones con importantes figuras del panorama cultural gallego como Otero Pedrayo, Vicente Risco, Filgueira Valverde o Álvaro Cunqueiro.
María Antonia Dans
Considerada una de las pintoras más relevantes de Galicia, su trayectoria pictórica está muy marcada por los paisajes de su infancia en Curtis. Aunque nació en Oza, su familia se trasladó siendo ella muy niña al municipio curtiense, al que ella siempre se mantuvo muy vinculada y al que regresaría con regularidad.
Adelantada para su época, “fue capaz de asumir una modernidad e independencia que apenas se le permitía a una mujer en el panorama de la posguerra española”, según recuerda María Luisa Sobrino Manzanares en su biografía.
Sus primeras lecciones de dibujo las recibió en A Coruña, ciudad en la que organizó también sus primeras exposiciones hasta que se casó y se fue a vivir a Madrid. En esta etapa estrechó sus relaciones con otros autores y estilos, pero en sus obras mantuvo siempre una temática enraizada en el mundo rural gallego y optó por una tipo de pintura figurativa y paisajística.
Su obra ha recorrido toda España y ha participado en numerosas exposiciones colectivas en el extranjero. En París se le concedió la medalla de la villa y obtuvo la máxima distinción del Museo de Arte Contemporáneo. Obtuvo, además, numerosos premios y medallas.
María Antonia Dans falleció en 1988 . Es madre de la actriz Rosalía Dans.
Pedro A. Sánchez Vaamonde
Este canónigo, catedrático y hombre ilustrado nació en Santa Eulalia de Curtis en 1749. Su talla intelectual, aportaciones mecenísticas, obraje publicitario y su capacidad de investigación le convierten en una de las figuras estelares de la época de la Ilustración del siglo XVIII.
Muy pronto destacó por su capacidad y su compromiso por mejorar la vida de las personas sin recursos, y por su especial interés por la formación de los más necesitados. Con 34 años fundó ya la Sociedad Económica de Compostela y poco después una escuela de primaria en terrenos de su propiedad para poder escolarizar a los niños de su parroquia natal. Años más tarde, ya siendo canónigo de la catedral de Santiago, continúa con esta labor y crea la Academia de Dibujo de Compostela para ayudar a los estudiantes más pobres, labor que apoyó incluso con aportaciones de su patrimonio personal.
En 1806 funda la Biblioteca Pública Consular de A Coruña. Ese mismo año fallece, y deja su herencia al mantenimiento y ampliación de esta institución.
Su faceta como sociólogo e historiador se centra en la investigación sobre las fábricas de curtidos de pieles de Curtis, la situación de la ganadería en Galicia, la navegabilidad del río Miño para mejorar la economía de las zonas de viñedos y la mejora de la Plaza de Abastos de Santiago.
Su biografía se recoge en el libro ‘Santa Eulalia de Curtis, cuna de San Pedro de Mezonzo’, de Sergio Vázquez Rouco.
José Sánchez Anido
Abogado y político, nació en la familia hidalga propietaria del Pazo de Santaia. Representó en Las Cortes a Galicia durante cuatro legislaturas por el Partido Liberal, primero por el distrito de Ortigueira y luego por el de Betanzos. Vivió gran parte de su vida en Madrid, en donde fue concejal y teniente de alcalde, pero todos los veranos regresaba a su Curtis natal.
Según se recuerda en la grabación ‘De aconteceres lonxanos, arumes de xentes e terras’, editada por el concello, fue un político de gran sensibilidad social, “como toda su familia”. Entre sus grandes preocupaciones, como muestran los artículos firmados por él en los diarios liberales de la época, destaca su interés por mejorar las condiciones de vida de las familias más necesitadas.
Su hermano Juan llegó a ser alcalde de A Coruña, en donde una calle lleva su nombre.
Grabación en ‘Aconteceres lonxanos, arumes de xentes e terra’, editada por el Concello de Curtis
Ánxeles Penas
Esta artista en el sentido renacentista del término, poeta, pintora y escultora, es natural de Teixeiro. Su sueño, asegura, es abrir un museo en el municipio como legado de su amplia obra y la de otros afamados artistas.
Ánxeles Pena fue desde muy joven una alumna aventajada, tanto en el colegio como estudiando Filosofía y Letras y Bellas Artes. Con tan solo 22 años ganó su primer premio de poesía con Carballo Calero como valedor. Mujer inquieta y curiosa, no tardó en probar otras artes, como la pintura, fascinada por la luz, o por la escultura, en donde destacan sus obras en piedra, madera y cartón.
En su haber cuenta ya con más de cincuenta exposiciones y numerosos premios literarios, tanto como poeta como dramaturga. Su imaginario, como a ella le gusta recordar, se mantiene a lo largo del tiempo, desde que publicó su primera obra ‘Con los pies en la tierra’.
Dos de sus obras forman parte del patrimonio municipal, los grabados 'El ave de Minerva' y 'Pasaxe secreta’, que están expuestos en las dependencias municipales de Curtis y Teixeiro. Además, lleva su nombre un parque público de Teixeiro.
José Martínez Pardo
Hiijo Adoptivo de Curtis. De familia de médicos, atendía su consulta en su vivienda, la Casa Grande de la Carregosa (Santaia), donde los vecinos recuerdan la salas de espera siempre llenas, aunque era también frecuente verlo recorrer la zona a caballo visitando a los enfermos.
Era el doctor de Curtis, Aranga y del ferrocarril del norte, pero, sobre todo, se le recuerda por atender de forma gratuita a las familias más desfavorecidas, a las que incluso llegó a costear de su propio bolsillo los tratamientos médicos.
Profesional incansable, jugó un papel muy importante durante la peste que asoló el país en 1918, y por ello fue nombrado Hijo Adoptivo de Curtis. El concello, en agradecimiento por su labor desinteresada, le dedicó una de las calles principales del municipio y un monolito, que se descubrió en un homenaje multitudinario en 1958.